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viernes, 18 de septiembre de 2015

El último guerrero

Una lluvia de fuego descendía desde el infinito. Miles de esferas incandescentes derramaban fuego en su descenso hacia la tierra. La guerra había comenzado y nos había pillado por sorpresa a todos.
Los Roneilianos llevaban años preparando la invasión, deseaban nuestro planeta y ahora seria suyo. Las esferas de transporte de tropas destrozaban todo lo que encontraban a su paso, enormes cráteres moldeaban la superficie de la tierra. Los primeros en llegar fueron los policías y bomberos, pero poco pudieron hacer ante sus avanzadas maquinas de combate.
La gente gritaba horrorizada mientras corrían sin sentido, el fuego y el humo lo inundaban todo a su alrededor y de fondo solo se podía oír el eco de los rayos al ser disparados. Sus tropas se contaban por millones.
Antes de que el ejército tan siquiera pudiese prepararse, ciudades enteras habían sido convertidas en ruinas y solo el fuego se alzaba en ellas. Miles de vidas se habían segado en cuestión de horas. Las cenizas se desplazaban con el viento que los ejércitos enemigos iban dejando a sus espaldas.
Los tanques no servían contra los blindajes de esas apestosas maquinas provenientes del espacio, los aviones eran perseguidos por miles de diminutas esferas que no paraban de lanzar impulsos electromagnéticos. Destacamentos enteros fueron aniquilados en segundos por esos malditos bastardos provenientes del profundo abismo del espacio. Nada de nuestras artes militares parecía hacer posible la victoria.
De esto hace solo dos semanas. Dos semanas en las que hemos sido cazados, maltratados y aniquilados. Nada queda de lo que conocimos queda en pie, ni edificios, ni cultura, nada. Solo quedamos nosotros. Un reducido grupo de humanos dispuestos a atormentar a nuestros enemigos hasta el fin de nuestros días. Un reducto de vida en mitad de todo este caos y destrucción. Un grupo de valientes que está a punto de saltar de nuevo sobre nuestros enemigos.
Solo deseo poder regresar y continuar escribiendo nuestros logros. Para que el mañana por el que luchamos llegue, porque nuestros hijos vuelvan a tener un planeta en el que jugar sin miedo a que los vean y los capturen para experimentar con ellos, por volver a ser libres, por los caídos y porque se equivocaron al escogernos como presa.
Por todo esto y más os animo a alzaros en armas, animo a todos los supervivientes que puedan ver este último reducto de civilización a no rendirse, a luchar y a hacerles pagar por lo que nos han hecho.
Nunca os rindáis.
Espero volver a hablaros, un saludo
El ultimo guerrero.

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